CLVNIA ROMANA

La ciudad romana es una fundación Julio/Claudia. Es posible que el propio emplazamiento de la ciudad y el preponderante papel desempeñado en las guerras celtibéricas pudiera hacer pensar a los romanos en mantener un puesto fijo en el lugar, creándose así la Clunia romana. En la casa nº 1, junto al cardo, aparece un estrato profundo de tiempos de Tiberio. Hay acuñaciones imperiales con la efigie del emperador. Se trata de una serie de acuñación hispanorromana que atestigua la condición de "MUNICIPIUM" de la ciudad. La serie se compone de ases con la efigie imperial de Tiberio y la aparición de los "quattuor viri" de la ciudad; a su vez una serie de semises con los nombres de los "aediles", ambos cargos típicamente municipales. Ptolomeo, en el siglo II, hace ya referencia la condición de Colonia de Clunia. Así lo atestiguan también restos epigráficos del mismo siglo. En el itinerario de Antonino Clunia aparece citada como un importante punto de la vía de Caesaraugusta a Asturica Augusta, la vía 27.

Nace el año 3 a. C. en Terracina, 100 km. al sur de Roma, en el seno de la ilustre familia Sulpicia. Hijo de C. Sulpicio Galba y de Mummia Achaia. Su nombre fue L. Livius Ocella Sulpicius Galba, pero gobernó con el nombre de Servius Sulpicius Galba Imperator Caesar Augustus. Fue adoptado en su juventud por Livia, la madre de Tiberio. El año 20 fue nombrado praetor y comenzó su carrera militar en la Galia.El año 33 fue nombrado cónsul. Calígula, que gobernó entre los años 37 y 41, lo mandó a Germania como legado. A la muerte de éste, renunció al ofrecimiento de sus amigos para ser el próximo emperador. En el 45, en tiempos de Claudio, fue enviado como procónsul a África. En el 54 es asesinado Claudio y Nerón es proclamado emperador, con 17 años, por el prefecto de la Guardia Pretoriana Sexto Afranio Burro. Los cinco primeros años de su gobierno, asesorado por Burro y Séneca, fueron marcados por la moderación. En el año 59 Nerón mandó a asesinar a su madre Agripina, por criticar a su amante Popea Sabina, la mujer de su amigo Otón, a quien envió a la Lusitania.
En el año 60 Nerón le nombró gobernador de la Hispania Tarraconensis. Se distinguió por su valor y por la justicia y disciplina que supo imponer a su ejército. En el 62 Nerón se divorcia de Octavia, a quien más tarde manda ejecutar, y se casa con Popea. Burro muere asesinado y es sustituido como jefe de la Guardia Pretoriana por Ofonio Tigelino. Séneca se aparta de los asuntos del gobierno. Se hace famoso en la corte Cayo Petronio, que había sido gobernador de Bitinia, pero que ahora se había entregado a la filosofía epicúrea y rodeado de placeres y lujos. Fue autor de "El satiricón". En julio del 64 arden dos tercios de Roma mientras Nerón se hallaba en Antium. En el año 65 Cayo Calpurnio Pisón dirige una conspiración contra el emperador: 18 de 41 ciudadanos preeminentes implicados en la misma mueren, entre ellos Séneca y su sobrino Lucano. En el 66 Popea muere debido a la violencia de Nerón. Se producen disturbios en Cesarea, la ciudad de Judea donde el procurador Félix tenía su cuartel general, por lo que los judíos fueron expulsados. La noticia llegó a Jerusalén junto con el rumor de que el procurador pretendía apropiarse de parte del tesoro del Templo. Jerusalén también se amotinó. Mientras sucedía todo esto, Nerón estaba de viaje por Grecia. Los griegos organizaron competiciones especiales en su honor, en las que el emperador pudo medirse con los más destacados poetas, cantantes, músicos, atletas y aurigas griegos. Para su regocijo, logró vencerlos a todos. En el año 67 Nerón pudo haber enviado a Corbulo, su más prestigioso general, a Judea, pero lo consideró un traidor potencial y le ordenó suicidarse en Corinto. No obstante, el ejército romano tenía muchos otros hombres capaces, y Nerón envió a Judea a Tito Flavio Vespasiano. Ésta fue tal vez su decisión más desafortunada, pues a los generales romanos no les importaba mucho que murieran senadores, pero se inquietaron bastante cuando la víctima fue otro general.
A comienzos del año 68 Nerón seguía en Grecia dedicado al espectáculo para vergüenza de los romanos. La ejecución de Corbulo no tardó en mostrar sus efectos y en varios puntos del Imperio las legiones se rebelaron. En la Galia Lugdunense fue proclamado emperador Caius Iulius Víndex, secundado por Servio Sulpicio Galba, gobernador de la Hispania Tarraconense, así como por las legiones de África. No obstante, Víndex fue derrotado en Vesontio por el gobernador de la Alta Germania, Publio Virginio Rufo, que permanecía leal a Nerón, y ejecutado.
En abril Galba fue proclamado emperador por la Legio VI Victrix en Clunia que se llevó a Roma desde su campamento astur; licenció a algunos veteranos asentándolos en Clunia y cubrió las bajas con reclutas hispanos del norte. Era la única legión que había en Hispania, pues a la marcha de la IV Macedónica en tiempos de Claudio, siguió la salida de la X Gemina en el año 63 con Nerón.
Poco después, conocedor del favor del senado, se dirigió a Roma para tomar posesión de su cargo. Él se autoproclamó "vir militaris", es decir, lugarteniente del Senado y el pueblo romano y esperó a que el Senado lo ratificara para proclamarse emperador. Pasó los Pirineos camino de Italia al frente de la Legio VI Victrix, la Legio VII, que más tarde se llamará Gemina y que había reclutado entre los hispanos, y algunas unidades auxiliares, entre ellas algunas cohortes de vascones. En Clunia le auguraron el Imperio. Al parecer un sacerdote le profetizó que de Hispania partiría un Emperador. Clunia Sulpicia sería el nombre glorioso de la nueva colonia civium Romanorum. También Anticaria Sulpicia debe a Galba su título de colonia. Virginio Rufo se dispuso a combatirlo como había hecho con Víndex. Las tropas aportadas por Galba volvieron a Hispania porque los pretorianos se encargaron de acabar con Nerón antes de que Galba llegara a Roma. Pero la Legio VII marchó al Danubio para sustituir a la Legio X Gemina, que a su vez vino a Hispania. Nerón había vuelto a Roma apresuradamente, pero Tigelino comprendió que el emperador estaba perdido y le retiró su apoyo. Además, el senado le declaró enemigo público. Acorralado por la guardia pretoriana, se cuenta que Nerón no tuvo el valor de suicidarse, y tuvo que pedir a su secretario, Epafrodito, que le clavara una daga. Dicen que sus últimas palabras fueron: "¡qué gran artista muere conmigo!". Fue el 6 de junio.
Tras la muerte de Nerón, Galba cambió su título de lugarteniente por el de César y se dirigió hacia Roma. Entró acompañado de Marco Salvio Otón, el gobernador de Lusitania, en octubre, siendo inmediatamente reconocido como emperador, tanto por el Senado como por la Guardia Pretoriana. Publio Virginio Rufo también había sido aclamado emperador por sus soldados, pero éste declinó y dejó la decisión al Senado. Viendo que Rufo estaba controlado y Galba no, el Senado nombró emperador a Galba. Era ya un anciano de más de setenta años que no podía caminar y tenía que ser llevado en litera.
Sus primeras medidas como emperador se encaminaron a economizar y reponer al Estado de los dispendios de Nerón, lo cual era sensato en teoría, pero en la práctica un suicidio, pues eran los soldados los que elegían los emperadores y no lo hacían por altruismo, sino por dinero. Prometió a la guardia pretoriana 7.500 denarios que nunca hizo efectivos. Nunca aceptó que los soldados debían ser sobornados para mantener su lealtad. El pueblo no vio con buenos ojos su mezquindad y aversión a la pompa y exhibición. Su edad avanzada le hacía estar enteramente en poder de sus favoritos. Acabó haciéndose impopular.
El 1 de enero del 69 dos legiones de Germania Superior rehúsan jurar lealtad a Galba, vuelcan sus estatuas y proclaman emperador a Aulo Vitelio, un general que gozó del favor de Calígula, Claudio y Nerón a base de adularlos. Al día siguiente les secundaron los soldados de Germania Inferior. Galba había sobrevivido a su esposa Aemilia Lépida y a sus 2 hijos y dada su avanzada edad, se apresuró a designar, el 10 de enero, a un joven llamado Lucius Calpurnius Piso como su sucesor, pero en su designación, no hizo mención alguna de la recompensa que largamente estaban esperando las tropas, por lo que cundió el descontento. La elección le enemistó con Otón que siempre albergó la esperanza de ser adoptado como sucesor del Imperio. Su apoyo a Galba había sido fundamental, pues, pese a su fama de compañero de crápula de Nerón, había sido excelente gobernador de Aquitania y luego de Lusitania y arrastró a las tropas y unidades auxiliares de asiento en Galia y Lusitania. Otón no tuvo dificultad en ganarse a la guardia pretoriana, que no había recibido la esperada gratificación. Por orden suya los soldados del Pretorio, el 15 de enero, degollaron a Galba en su propia litera en el foro y a su sucesor Pisón.
El 14 de abril, Otón se enfrentó a Vitelio en la batalla de Bedriacum [cerca de Cremona], perdió y dos días después se suicidó. Vitelio entró en Roma y fue reconocido emperador por el Senado. Castigó a los asesinos de Galba, reorganizó la guardia pretoriana y remodeló el gobierno confiando los altos cargos a la clase ecuestre en detrimento de la senatorial. Se embarcó en una ronda de banquetes y orgías, alarmando a muchos con sus modos y sus comentarios. Ordenó a los ciudadanos más eminentes que le organizaran banquetes y se entregó a la bebida.
El nuevo emperador tampoco satisfizo a las legiones y pronto se produjeron revueltas en Mauritania y en el Danubio. En Oriente, el gobernador de Siria, Muciano, fue proclamado emperador, pero lo rechazó. Las legiones de Judea y Egipto proclamaron emperador a Vespasiano el 1 de julio, quien sí aceptó. Por aquel entonces Vespasiano había aislado a los zelotes en espacios cada vez más reducidos al oeste del mar Muerto y estaba preparado para asediar Jerusalén, pero decidió aplazar el ataque. Junto a él tenía a su hijo Tito Flavio Vespasiano, con quien ocupó Egipto. Luego lo dejó en Alejandría y él se puso al frente de las legiones del Danubio. Vespasiano derrotó a las tropas de Vitelio en octubre. El 20 de diciembre los soldados de Vespasiano entraron en Roma. Vitelio trató de huir, pero se le encontró escondido en el cuarto de un portero del palacio. Capturado y paseado por toda Roma, abucheado por la chusma, fue torturado a golpes por el pueblo. Finalmente engancharon su cadáver en un garfio y lo arrojaron al río Tíber.