CARTHAGINENSIS

A finales del siglo III, tras las épocas de anarquía y guerras civiles, el emperador Diocleciano comprendió que no era posible mantener la cohesión de un imperio tan vasto y determinó dividirlo en dos: el de Occidente y el de Oriente. Diocleciano quedó a cargo del Imperio Romano de Occidente, y cedió el Imperio Romano de Oriente a Maximiano. Fue en el 298.

Además creó una nueva división administrativa para todo el imperio. Lo dividió en 12 diócesis, más tarde agrupadas por Constantino en cuatro prefecturas. Hispania fue una de las 12 diócesis, con capital en Augusta Emérita, y con Constantino fue integrada en la prefectura de las Galias. A su vez la diócesis de Hispania sufrió una reestructuración: la Baetica y la Lusitania permanecieron igual, pero de la Tarraconensis de desgajaron la Gallaecia y la Carthaginensis. Además, la diócesis de Hispania incorporó la Mauretania Tingitana. A finales del siglo IV se creó la provincia Balaearica. Clunia quedó englobada en la Carthaginensis, muy alejada de su capital Carthago.
A finales del siglo III y principios del IV, se rehace la economía y la vida ciudadana en Clunia. Se recuperan edificios y espacios, pero tendrán ya una función distinta. Hay cambios muy destacados en la administración. Diocleciano divide Hispania en 6 provincias gobernadas por presides de rango ecuestre. Los Conventos Jurídicos han desaparecido y Clunia ha pasado a formar parte de la Carthaginensis.