PLAUTO / TERENCIO
Para compensar la ausencia de máscara, se recurría a variados juegos escénicos y a la acumulación de peripecias, refundiendo normalmente dos obras griegas en una sola (contaminatio).
Como el público no habría tolerado que un ciudadano romano fuera engañado o ridiculizado en la escena por un esclavo, se le ofrecían cuadros de costumbres griegas, en las que todo estaba permitido: mercaderes de esclavos, viejos verdes, jóvenes atolondrados y sin escrúpulos, esclavos avispados y trapisondistas, esclavas incitantes que acababan casándose con el protagonista, problemas entre padres e hijos, etc.