CISTELLARIA, de Plauto

ACTO I, ESCENA I / 1-119

Selenia lamenta su suerte.

Selenia cuenta sus penas a su amiga Gimnasia y a la madre de esta, la cortesana Sira: "Como yo no quiero ejercer la profesión de cortesana, mi madre ha accedido a mis ruegos, de modo que me ha permitido vivir con el hombre del que yo estuviera enamorada de verdad. Con nadie he tenido trato, salvo con Alcesimarco. Ningún otro ha triunfado sobre mi pudor. Con el trato me enamoré de él y él de mí. Él le juró solemnemente a mi madre que me tomaría por esposa, pero ahora resulta que tiene que casarse con otra, una parienta suya de Lemnos, porque le ha obligado su padre.

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ACTO I, ESCENA II 120-148

Sira comienza el argumento.

Sira comienza a exponer el argumento de la obra: "Pues a la que se ha ido de aquí llorando yo la recogí en una calleja, tras haber sido abandonada. Hay aquí un joven de Sición, de familia muy linajuda y cuyo padre aún le vive. Este joven está perdidamente enamorado de esta mujercita que acaba de irse de aquí llorando y ella, a su vez, se muere de amor por él. Yo se la entregué como regalo a mi amiga Melénide. En cuanto recibió de mí la niña, al momento parió a la misma niña que había recibido de mí, sin la colaboración de una comadrona, sin dolores. Esto sólo lo sabemos nosotras dos".

ACTO I, ESCENA III / 149-202

El dios Auxilio completa el argumento.

El dios Auxilio completa el argumento: "Se celebraban, hace ya mucho tiempo, en Sición las fiestas Dionisias. Un comerciante de Lemnos vino aquí a ver los juegos. Éste, muy joven y en estado de embriaguez, violó a una muchacha. Cuando se dio cuenta de la gravedad de su delito, escapó a Lemnos, donde vivía. La joven a la que había violado dio a luz una hija. Entregó la niña a un siervo para que la expusiera. Este esclavo abandonó la niña en la calle y la vieja que habéis visto la recogió. El esclavo, sin ser visto, observó a qué casa llevaba la vieja a la niña. Como se lo habéis oído contar a ella misma, entregó la niña a la cortesana Melénide y ésta la crió honrada y decentemente, como si fuera su propia hija. El mercader de Lemnos se casó, enviudó y regresó aquí. Tomó como esposa a la joven que había violado antaño y reconoce que ella era la muchacha a la que él había violado. Ella le dice que de su atropello había parido a una hija y que se la había entregado a un esclavo para que la expusiera. El esclavo se dedica ahora a buscar a la cortesana en cuestión. Hay aquí, en Sición, un joven que está perdidamente enamorado de la joven antaño abandonada. Y ella no está menos enamorada de él. El padre quiere darle esposa a su hijo. Cuando lo supo Melénide, la madre ficticia de la joven, la mandó volver a casa, a su lado."

ACTO II, ESCENA I / 203-535

Alcesimarco, Tinisco, Gimnasia, Sira y Melénide.

Alcesimarco está abatido y desconcertado. (El texto está, entre los versos 230 y 491, muy fragmentado). Está fuera de sí y pide a su esclavo Tinisco que le insulte... Aparece Gimnasia y tras escuchar sus delirios le aconseja ir a casa de la madre de Selenia a escusarse... El vejete padre de Alcesimarco confunde a Gimnasia con Selenia... Interviene Sira... Selenia ruega a Alcesimarco que la deje en paz... Alcesimarco amenaza con suicidarse y Melénide le dice que no sea tan pelmazo.

ACTO II, ESCENA II / 536-542

Lampadión.

Lampadión, en tono jadeante, celebra haber dado al fin con la vieja que recogió a Selenia.

ACTO II, ESCENA III / 543-630

Fanóstrata, Lampadión y Melénide.

Lampadión informa a su ama de que ha dado con la vieja que recogió a la niña y que esta se la entregó a una colega, Melénide... Melénide les ha escuchado y logra que Lampadión le aclare todo lo relativo a los verdaderos padres de Selenia.

ACTO III, ESCENA I / 631-652

Melénide, Selenia y Alcesimarco.

Melénide dice a Selenia: "Ya te lo he contado todo: sígueme, querida Selenia, para que yo te vuelva a aquellos con quienes es más justo que estés, en lugar de estar conmigo. Aunque me veré privada de tí contra mi voluntad, sin embargo, tengo que hacerme a la idea de que debo velar por tus intereses, no por los míos. Aquí, en esta cestita, están los juguetes con los que te trajo, en otro tiempo, la mujer que te entregó a mí, para que tus padres puedan reconocerte con más facilidad"... Alcesimarco, desesperado, está dispuesto a suicidarse.

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ACTO IV, ESCENA I / 653-670

Lampadión y Fanóstrata.

Lampadión encuentra la cestita que contiene los objetos que permitirán reconocer a Selenia. Se la enseña a Fanóstrata y esta ve el sonajero que puso en la cestita de su hija abandonada.

ACTO IV, ESCENA II / 671-773

Halisca, Lampadión y Fanóstrata.

Halisca ha perdido la cestita y dice: "Por favor, ¿ha visto a alguien recoger aquí, en este lugar, una cestita con unos juguetes, que yo, pobre de mí, he perdido aquí? ¿Qué voy a decirle ahora a mi ama? Me ordenó, con el mayor interés, que la guardara muy bien, a fin de que Selenia pudiera reconocer más fácilmente a sus padres, porque ella es solamente hija adoptiva de mi ama, a la que se la entregó una cortesana. Ahora quiere, espontáneamente, devolvérsela a la madre y al padre de los que nació"... Lampadión entrega la cestita a Fanóstrata, la madre de Selenia, y esta reconoce los objetos que van a permitir la 'anagnórisis'.

ACTO V, ESCENA I / 774-787

Demifón, Lapadión y la COMPAÑÍA.

Selenia es reconocida como ciudadana libre, hija de Demifón y Fanóstrata, y se casa con su amante Alcesimarco... El coro de actores aclara el final feliz de la obra: Cuando haya terminado esta representación, los actores se quitarán sus disfraces; después, el que haya cometido alguna falta recibirá una tanda de palos, en cambio, el que no haya cometido ninguna beberá. Ahora, espectadores, al final de la comedia, según la costumbre de nuestros mayores, dadnos vuestro aplauso".